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Un chavismo tardío llega a la Argentina
22/08/10
Otra vuelta de tuerca de los Kirchner sobre los medios de comunicación. Anticipo, quizás ,de un tiempo riesgoso para la libertad de expresión. El matrimonio cree necesaria esa herramienta para pelear el 2011. Además, presionan a otros sectores empresarios. Y atemorizan a la Justicia.
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Maradona fue abandonado a su suerte por el poder. Kirchner cavila que aquellas críticas a Diego, en cambio, podrían volar como esquirlas contra Julio Grondona, el jefe de la AFA, y el negocio del “Fútbol para Todos” que el Gobierno convirtió en una formidable herramienta de propaganda política.
A otro grupo de comunicación del interior le fue retirada días atrás la licencia de una tradicional emisora de radio . Sucedió después de constantes discusiones sobre la línea editorial de aquella empresa, cautamente crítica de los Kirchner. El jueves, el ministro de Planificación, Julio De Vido, ordenó que en 90 días debe dejar de funcionar la prestación de Fibertel en Internet. Esta empresa se fusionó en el 2003 con Cablevisión. En el 2006 adicionó a Multicanal. Todas pertenecen al Grupo Clarín.
Fibertel cuenta con más de un millón de abonados y funcionó desde sus orígenes sin inconvenientes. O con los inconvenientes técnicos de un servicio en permanente evolución.
Después de cuatro años de mandato de Kirchner y casi tres de Cristina, el Gobierno pareció descubrir alguna anomalía lega l. O son perezosos en sus conocimientos y reacciones, o la nueva decisión del matrimonio se apuntala sólo en el afán de ampliar el control de la comunicación cuando resta un año para que su continuidad o su despido se defina en las urnas.
La decisión tendría un significado mayor que el despojar de un servicio a un grupo empresario y sus usuarios. Representaría también el primer avance oficial sobre Internet – en su transmisión, no en sus contenidos– que había soslayado la ley de medios que sancionó el Congreso. Esa ley está aún detenida por varios recursos judiciales. El Gobierno – o el Estado, es indiferente en la Argentina– se va convirtiendo también en propietario único de la televisión digital en ciernes.
Es probable que la semana que empieza la Presidenta relate además la historia kirchnerista construida por Guillermo Moreno, el secretario de Comercio, sobre Papel Prensa.
Una historia que ninguno de los gobiernos democráticos de 27 años alcanzó, por lo visto, a develar. Ni siquiera Kirchner en sus cuatro años de mandato. O Cristina, hasta que fue vencida en las legislativas del 2009.
Los Kirchner tuvieron esos años delegados personales y de confianza en la empresa. Una historia que el canciller Héctor Timerman se jacta ahora de conocer muy bien, pero que calló hasta que empezó a codearse con la Presidenta.
No hace falta ser perspicaz para concluir que el kirchnerismo va sumando batallas en su obsesión por domesticar al periodismo: arrancó con los medios audiovisuales y ahora iría por los diarios .
Las provocaciones y los actos esperpénticos de Moreno ya no llaman la atención. Los practicó en el INDEC y los reitera, con creces, en Papel Prensa. Esas formas de conducta parecerían propias de un país que habría extraviado la noción de orden, decoro y legalidad.
De hecho, la Justicia intercede poco. Lo hace con demora y miedo. El papel de Moreno, de violatorio y grave que resulta, correría riesgo de virar simplemente en pintoresco a los ojos públicos.
El control de los medios es para los Kirchner el eje de su política actual. El resto de la política deambula entre enjuagues, oscuridades y prepotencias. No sería arbitrario asegurar que, en ese aspecto, se estarían reflejando cada vez más en el espejo de Hugo Chávez.
El jefe de Venezuela prohibió los últimos días la publicación de fotos e imágenes de violencia. Luego atenuó la medida. Hasta la prensa que le es afín levantó su voz de queja.
Venezuela, en escala mucho mayor que la Argentina, también está sacudida por el fenómeno de la inseguridad . De acuerdo con un informe de la ONU del 2009 posee la segunda tasa de criminalidad del Cono Sur, luego de Colombia. Se trata de 37 homicidios cada 100 mil habitantes. Otras fuentes aseguran que ese índice trepa a 75 homicidios cada 100 mil habitantes, encima de Colombia.
Un lastre que se combina con el desabastecimiento de alimentos . La nueva decisión chavista tendría sólo una extensión de 30 días. En un mes, Chávez celebrará elecciones parlamentarias que tiene, a priori, muy comprometidas.
Los Kirch ner poseen todavía un año para intentar la resurrección. Vienen de un 31% de votos cosechados en el 2009 después del 47% que Cristina obtuvo cuando llegó a la Presidencia. Ese tránsito difícil estaría acentuando la intolerancia contra las opiniones distintas. También, contra quienes señalan las contradicciones y paradojas del discurso matrimonial.
Cristina pasó la semana última por Rosario e hizo apología del crecimiento económico argentino, como si se tratara de una excepción.
Todas las naciones de la región están en una situación similar y algunas, mucho más modestas que la Argentina, como Perú, con índices de inversión y desarrollo sorprendentes.
“Hay que hablar de números y no de ideología” , aleccionó la Presidenta. Abundó con una catarata de indicadores económicos positivos. Tanta habría sido la distorsión que el intendente socialista de Rosario, Miguel Lifschitz, advirtió: “No todos los números escuchados deberían darse por ciertos” .
A las percepciones diferentes, los Kirchner las definen como la “mala onda” de los “arsenales mediáticos” que no son adictos. El matrimonio está ejerciendo una presión brutal sobre la Corte Suprema para que destrabe las medidas cautelares que impiden la puesta en marcha de la ley de medios.
“Es insoportable. Nunca viví una cosa igual”, confesó uno de los jueces veteranos del Tribunal.
Mientras tanto, no descuidan su propia fortaleza mediática. Siguen adquiriendo, a través de testaferros, radios y periódicos en el interior. Intentan además reflotar Crítica . Un repaso prudente de los medios de comunicación en manos kirchneristas aproximaría estas cifras: 15 medios de comunicación del Estado; más de 100, financiados con dineros oficiales, que también propalan el pensamiento del Gobierno.
Esa fortaleza parecería insuficiente para esconder, tantas veces, el desacople en el discurso de los Kirchner. Cristina habla maravillas de su gestión y declama cifras de la economía cotidiana que a cualquier desprevenido le haría imaginar un paraíso. ¿Cómo explicar, si así fuera, la reticencia kirchnerista ante la ofensiva opositora para sancionar el 82% móvil a las jubilaciones mínimas? ¿Cómo la Presidenta muta de pronto su exégesis en un supuesto peligro de que la Argentina pueda volver a caer en un default? ¿Cómo el Gobierno declama la lucha contra la concentración económica y termina favoreciendo sólo a dos empresas de telefonía con el intento de extinción de Fibertel? La misma oposición, con sus idas y vueltas, termina sin querer ayudando al Gobierno. El 82% móvil recibió media sanción en Diputados, pero los peronistas disidentes, el radicalismo, la Coalición y la izquierda no terminaron de ponerse de acuerdo sobre el modo de financiamiento. El proyecto debe pasar el filtro del Senado. No será fácil para los senadores oficialistas dar la espalda a los jubilados.
La primera maniobra de los Kirchner sería tumbar el quórum.
A la oposición, en esa Cámara, no le resulta sencillo conseguirlo.
El proyecto de los jubilados tiene por delante un camino incierto. La oposición en el Senado consiguió, en cambio, aprobar la normalización del INDEC en 150 días. Se aguarda en Diputados sólo un trámite: pero Proyecto Sur, de Pino Solanas, cree que el proyecto de los senadores es contemplativo con los Kirchner. La discusión de principios posibilitaría, tal vez, otro resuello al matrimonio. Más blandos o más duros, tanto el 82% móvil como el INDEC tendrían destino de veto irremediable . Aníbal Fernández, el jefe de Gabinete, se encargó de anticiparlo.
La oposición reaccionó contra el nuevo ataque kirchnerista a los medios de comunicación. La voz más sonora como siempre, para armar o desarmar, fue la de Elisa Carrió. Aquel ataque tuvo otro correlato: el bloqueo de los camioneros de Hugo Moyano a las plantas de la siderúrgica Techint. La misma empresa que fue expropiada en Caracas por Chávez. Techint es una de las cabezas de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) que días atrás, junto a la UIA, condenó los excesos del Gobierno.
Hace meses que el Congreso no logra sancionar una ley.
Las medias sanciones se acumulan en Diputados . El Senado funciona poco. El kirchnerismo recurre a cualquier artilugio para evitar debates. Hasta impidió el ingreso de jubilados en los palcos del recintos cuando Diputados sancionó el 82% móvil. Las denuncias de corrupción se acumulan, pero muchos jueces prefieren cajonearlas.
Kirchner repitió muchas veces durante su mandato que no era parecido a Chávez. Cristina dijo al asumir que soñaba con un país parecido a Alemania.
Pero las viejas fotos del chavismo son las únicas que llegan ahora a la Argentina.
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